Artes y filosofías suponen siempre un dolor y un doliente. Pero hay dos clases de dolientes: unos padecen de exceso de vida, y quieren una cultura dionisíaca, así como una visión trágica que penetre la vida y la abarque a un tiempo; los otros padecen de miseria vital y exigen del arte y la filosofía paz, silencio y mar en calma, o bien embriaguez, espasmo y aturdimiento.
leído en El nacimiento de la tragedia
(Die Geburt der Tragödie, 1872)
de Friedrich Nietzsche